Hoy se
cumplen seis años de tu muerte
y sigo rezándote cada mañana
como el primer día que te perdí.
Te fuiste pero estás.
Ahora estás en mi
como un ángel protector
como un recuerdo de amor inolvidable
como una bella nostalgia.
Eres mi confidente,
el sosiego de mis penas
el agradecimiento de mis anhelos,
La paz de mis versos.
Los rostros que se parecen a ti
me traen el recuerdo de mi infancia
Tan ligada a tu presencia.
No estás pero estás.
Mi corazón está lleno de tus gestos,
de tus cuentos, de tus cantares,
de tu gratitud, de tu genio amoroso…
tu generosidad inmensa
siempre disponible a todos.
nunca una palabra tuya me hizo daño
nunca un gesto de desprecio,
nunca un mal humor
¡cómo te quería
Abuela mía!
donde estés, algún día,
allí estaré.
